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sábado

Lo mismo tras la pared


Hace un rato, vi una araña en la cocina y el temor a que ella me hiciera daño me hizo querer matarla. Luego de mirarla unos segundos, pensé en lo estúpido que era creer en que una araña caminando por la pared de la cocina era una amenaza; “aunque esta araña es venenosa, más venenosa es la idea que tengo de sus intenciones” – pensé. La miré unos segundos más, soplé sobre ella, intenté tocarla con un tenedor y luego le dije que no la mataría. Guardé el tenedor y fui a mi habitación a escribir. De pronto, veo una araña caminar por el piso de la habitación, y sin pensarlo dos veces la pisé. Guardé silencio culpable. Entonces voy a la cocina para ver la araña en la pared, pero ya no estaba.

¿No era el mismo que hace un rato hablaba con ella acerca de mis miedos? ¿No era ella misma también? ¿No somos todos lo mismo, las arañas, las cocinas, las habitaciones y los temores?

1 comentario:

Umma1 dijo...

qué bueno.
Un hermoso post.

Ayer me ocurrió algo parecido. Estaba con mi hijo en una repartición oficial.
De pronto todas las miradas se concentrron en una araña que caminaba muy oronda entre los pies de los que esperábamos. No era una gran araña, pero tenía patas largas, que la elevaban bastante del suelo, y un cuerpito en frma de lágrima negra, que la distinguía de las baldosas claras.
Ninguno se animó a pisarla, creo que por verguenza, pero ningún ojo se apartaba del caminito que tan diminuto bicho trazaba, hasta que subió por una puerta. Tuve que regresar un par de horas más tarde. Y ví que alguien la había aplastado.
Una mujer que seguía esperando a ser atendida, me observó y me dijo
- La mataron.
Intercambiamos una sonrisa triste.
Una sonrisa de derrota, creo.
Seguramente terminó con ella, alguien impune, libre de miradas.