Líneas paralelas

Los caminos están trazados por la línea que divide los mundos.

Espejismo

La ilusión de realidad, creada en deidad del yo, es simplemente el acto se dejarse congelar por el temor, o más bien, congelarse frente a la posibilidad de un “algo distinto”; Es negación al movimiento natural y a la transformación constante del escenario mágico. El espejismo y la confusión ocurren en el apego a la imagen estática de la ideología, imagen por cierto atrayente, que acomoda, adormece e insta a la creencia de que estamos en lo correcto, de que estamos obrando bien. Es en ese momento cuando la realidad se escapa de nosotros, cuando nos extraviamos; es ahí cuando decidimos dejarnos apoderar, cuando decidimos ser pensados por la ideología a cambio de una falsa sensación de seguridad. No habrá libertad en la acción, en cuanto no se efectúe la contorsión, la no menos dolorosa renuncia a exigir constantemente una reafirmación de quienes somos.

Réquiem de bolsillo

Canto 1

¿Acaso hay alguien que hoy esté de luto,
Presenciando y velando los restos de su vida desde una vitrina,
Haciendo muecas al que estuvo una vez,
Y caminó pasos que nunca fueron de él?

¿Estuvo él presente?
¿Quién se lo ha llevado, dejando sólo un candelabro para encender?

Pudo mirarse en el preciso momento,
Cuando el ángel de la muerte besó su frente;
Quiso también que le prestara sus alas y su precipicio,
Sólo por un momento,
Sólo para ver si calzaban es su espalda.

Pudo palpar su helado cuerpo,
Y supo que siempre estuvo escapando,
Tibio, las menos veces;
Pero al alejarse desaparecería,
Enroscándose en su cuerda roja,
En una arteria psicodélica para entrar en una escondida ventana.

La entrada, daba a un segundo paso,
Y en su desconcierto, aparecía nuevamente afuera,
Y la ventana, sonreía y sonreía
Y él, de luto y confuso, lo intentó nuevamente.

Pero olvidaba que estaba muerto,
y al mismo tiempo la ventana cobraba vida,
Se disfrazaba de animal místico,
De papiro enollado en una eternidad.

Entonces encendió dos velas,
Una para cada imagen de su cuarto,
La primera era una pequeña sombra,
La segunda, líquida paloma dorada.

De telares antiguos, ígneos y solares,
Se tejió la mortaja del antiguo,
Envoltura sellada por lágrimas de metal,
Cortezas de bronce pulidas en la incertidumbre.

Y las piedras que asustan ya me parecen serpentinas,
!Han venido todas, es una emoción tan grande!
Hata odaliscas de papel llueven en este cielo fúnebre,
Todo, para honrar a este pobre finado,
Pálido y helado, tan pobre y asombrado.

!Hay del barro en que nací!
¿Qué ha de merecer este sonoro aliento,
Si debajo de esta tierra todo era tan tranquilo?
¿Qué me alcanza con esta estatua de arena, con este vino y este frenesí?

!Se fue a vivir al paraíso de los relojes detenidos!,
Alcanzaron a decir dos velas al unísono;
Justo antes que se apagaran,
Y partieran los deudos a la tierra del olvido.

No alcanzaron a decir nada más ellas,
Pobres llamas, tanto que esperaban hablar,
Mucho que hacer tenían todos ellos, gritó el abuelo en un alarido,
Muchos peces que meter en la bañera.

Entonces un viento las encendió nuevamente,
Justo cuando los demás cruzaron la salida,
Hace frío en esta caja, dijo una en un giro ascendente,
Espera a que les llegue esta carta, respondió la otra.

Intento

Intento contarte una historia,
Sobre la vida de una hoja que cayó dos veces,
En la fibra que desaparece,
En la fábula de palabras convertirse,
Sobre disfrazarse a contraluz.

Intento este verso errante, esta elegía refulgente,
Este túnel sin memoria;
Que se haga quimera el andar lejano,
El cielo trazando un destino,
Que sea todo el más puro desatino,
Que se haga universo en tu ventana,
Y espiral el alma de la luna.

Frente a tus ojos intento intentarte,
Y ascender en la lluvia que nos acecha,
Pero las aguas que nos dividen,
Llaman hoy a la calma:
De lo imposible se hablará mañana,
Con la revelación vestida de testigo,
Junto al mismo viento,
Que casualmente,
También se llama intento.

El pueblo es la estrella mágica

"El pueblo es la estrella mágica
Todos la vemos parecerse al río
Los gusanos de los emperadores trepidan en apocalíptico festín
Ellos no tienen tiempo de recurir a las armas
La estrella las fusionó todas en un plano infinito
La cabellera de los torturadores sangra en mi carro
Nosotros: desatormentándonos para siempre."

(L. A. Spinetta)

El juego de las cuerdas

Porque no sabemos hacia donde jalamos las cuerdas que nos ligan, o hacia donde nos llevarán ellas después. No sabemos, y sin embargo, sabemos de ellas; sabemos de su latir, lo sabemos irremediablemente. Vaivenes que nunca retrasan lo inevitable. Una y otra vuelta, una más. Y en un jalón nos iremos.

Ella

Ella caminaba con su vista dividida entre dos mundos. Ella miraba sus zapatos, caminaba y creía estar sola. Ella sintió al otoño vivir, cuando notó que sus pasos barrían el aire cálido de esa tarde. Ella caminaba y su vista se levantó. Ella vio una hoja caer, y ella cayó. Ella era ella y ella el otoño. Mientras el viento resoplaba presagiando la lluvia, ella sonrió para si misma. Ella ahí supo, ella se transformaba. La primera gota de lluvia cayó sobre su pestaña izquierda, la segunda, se fundió con una verdadera lágrima. Ella caminaba, ya no lo hacía sola.