Latest Entries »

martes

Decisión


Algunos hombres arman rompecabezas,
Los hay quienes hablan lejos de su piel
Algunos hacen sonar sus bolsillos sobre papeles vivos
Otros sólo quisieron dejarse llevar;

Algunos hombres desnudaron sus madejas
Quebraron sus miedos en la piedra sin edad,
La mayoría de los demás sólo callaron,
Quisieron ellos olvidar.

Callaron,
Se refugiaron tras el espejo de su imagen ,
Quitaron su sombra del sol,
Se disfrazaron de sus propios infiernos
Arrancaron el ojo del corazón;

Lo hicieron para guardarse en la noche del hambre,
Y asi mendigar del temor la sed compasiva
Para hacer cosas más importantes, dijeron ellos
Una ilusión indiferente a su muerte,
Una muerte sin sentido, nada más.

Algunos niños ahora juegan a ser puentes con sus espaldas,
Otros ya saltaron por sus alas , para hacerlas algún día volar.

...

"El hombre es desgraciado porque no sabe que es feliz" (Dostoievski)

sábado

Tutuguri


El rito del sol negro.

Y abajo, al pie del declive amargo,
cruelmente desesperado del corazón,
se abre el círculo de las seis cruces,
muy abajo
como encastrado en la tierra madre,
desencastrado del abrazo inmundo de la madre
que babea,

la tierra de carbón negro
es el único lugar húmedo
en esta grieta de roca.
El rito consiste en que el nuevo sol pase por siete puntos
antes de estallar en el orificio de la tierra.

Hay seis hombres,
uno por cada sol
y un séptimo hombre
vestido de negro y de carne roja
que es el sol
violento.

Este séptimo hombre
es un caballo,
un caballo con un hombre que lo acompaña.

Pero el caballo
es el sol
no el hombre.

Al ritmo desgarrante de un tambor y de una trompeta larga,
extraña,
los seis hombres
que estaban acostados,
enroscados a ras de la tierra

brotan sucesivamente como
girasoles

no soles
sino suelos que giran,
lotos de agua,
y cada brote
se corresponde con el gong cada vez más sombrío
y contenido
del tambor .
hasta que de pronto se ve llegar a todo galope;
con una velocidad. de vértigo,
al último sol,
al primer hombre,
al caballo negro y sobre él
un hombre desnudo
absolutamente desnudo
y virgen.
(sobre él)

Después de saltar, avanzan describiendo
meandros circulares
y el caballo de carne sangrante se enloquece
y caracolea sin cesar
en la cima de su risco
hasta que los seis hombres
terminan de rodear
las seis cruces.

La tensión mayor del rito es precisamente

LA ABOLICION DE LA CRUZ.

Cuando terminan de girar

arrancan
las cruces de la tierra
y el hombre desnudo
sobre el caballo
enarbola
una inmensa herradura
empapada en la sangre de una cuchillada.


Antonin Artaud

lunes

Necedad


Hay suficiente traición y odio, violencia,
necedad en el ser humano corriente
como para abastecer cualquier ejercito
o cualquier jornada.
Y los mejores asesinos son aquellos
que predican en su contra.
Y los que mejor odian son aquellos
que predican amor.
Y los que mejor luchan en la guerra
son, al final, aquellos que
predican paz.
Aquellos que hablan de Dios.
Necesitan a Dios
Aquellos que predican paz
No tienen paz.
Aquellos que predican amor
No tienen amor.
Cuidado con los predicadores
cuidado con los que saben.
Cuidado con
aquellos que
están siempre
leyendo
libros.
Cuidado con aquellos que detestan
la pobreza o están orgullosos de ella.
Cuidado con aquellos de alabanza rápida
pues necesitan que se les alabe a cambio.
Cuidado con aquellos que censuran con rapidez:
tienen miedo de lo que
no conocen.
Cuidado con aquellos que buscan constantes
multitudes; no son nada
solos.
Cuidado con
el hombre corriente
con la mujer corriente
cuidado con su amor.
Su amor es corriente, busca
lo corriente.
Pero es un genio al odiar
es lo suficientemente genial
al odiar como para matarte, como para matar
a cualquiera.
Al no querer la soledad
al no entender la soledad
intentarán destruir
cualquier cosa
que difiera
de lo suyo.
Al no ser capaces
de crear arte
no entenderán
el arte.
Considerarán su fracaso
como creadores
sólo como un fracaso
del mundo.
Al no ser capaces de amar plenamente
creerán que tu amor es
incompleto
y entonces te
odiarán.
Y su odio será perfecto
como un diamante resplandeciente
como una navaja
como una montaña
como un tigre
como cicuta
Su mejor
arte.

Charles Bukowsky