Hasta en la acción aparentemente más sutil, en la más vana o la más infinitesimal de las decisiones, como el paso que debe tomar una hormiga del jardín, o en cualquier movimiento de una escondida célula de tu cuerpo, está presente el propósito; está atravesada por él de forma inexorable, cuando aparentemente sin causa alguna logras escuchar un lejano golpeteo de tambores que avanza y acerca lentamente a ti, un sonido profundo y continuo que toca tenue y sigilosamente, hasta que, casi sin darte cuenta notas que él ya ha convertido su naturaleza y su origen: se ha vuelto un latido del corazón.
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lunes
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3 comentarios:
creer en lo que se preSiente.
Solo hay que saber escucharlo.. ¿no?
Un abrazo ;)
' se ha vuelto un latido del corazón.'...entonces sabrás que estás soñando...
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